El pasado sábado, un empleado de una gasolinera en Alemania fue asesinado por un cliente al que solicitó que se ponga mascarilla para ingresar al local.

El pedido de usar protección para mitigar los efectos del coronavirus enfureció al hombre que regresó más tarde para matarlo. El crimen desató fuertes reacciones en este país, en el que el movimiento opuesto a las restricciones está muy movilizado.

El presunto asesino, un hombre de 49 años, fue detenido por la Policía, a la que declaró que no respeta las medidas sanitarias individuales ni las restricciones destinadas a combatir la pandemia del Covid.

El candidato socialdemócrata a la cancillería, Olaf Scholz, dijo en Twitter estar “muy conmocionado de que alguien haya muerto por querer protegerse y proteger a los otros”.

“Como sociedad, tenemos que oponernos de manera resuelta al odio. El autor de la infracción debe ser castigado con severidad”, agregó Scholz.

Por su parte, la ministra de Justicia, Christine Lambrecht, calificó el acto como de “escandaloso y repugnante”.

Según los datos, el crimen ocurrió el día sábado cuando el empleado de la gasolinera se negó a atender al cliente que quería comprar una caja de cervezas porque no llevaba puesta una mascarilla.

Muy enojado, el sujetó salió del lugar y dejó las bebidas en el mostrador; sin embargo, volvió una hora y media después portando mascarilla, pero se quitó para provocar la reacción del cajero.

Luego de que el joven trabajador nuevamente le pidiera que se ponga correctamente, el cliente sacó un arma y le disparó, matándolo en el acto, precisó la Policía de Alemania.

Un día después del crimen, el sujeto se entregó a las fuerzas de seguridad y manifestó que se sentía “acorralado” por las medidas sanitarias.

Fuente: Infobae