En el Barrio Pettirossi de Cambyretã, conocimos a Doña Mercedes Testa y a su marido Calixto Cardozo, quienes han mantenido la tradición de armar su pesebre cada 8 de diciembre, Día de la Virgen, durante más de 45 años.

En Paraguay, el montaje del pesebre es una tradición arraigada en las familias, y el hogar de Doña Mercedes y Don Calixto no es una excepción. El olor a flor de coco y la cuidada decoración de los pesebres nos transportan a la escena del nacimiento de Jesús en Belén. Estos "nacimientos" están llenos de mística, magia, emoción y fe, y se transmiten de generación en generación a través de coloridas y amenas tradiciones.

Según Don Calixto, el pesebre paraguayo sigue reuniendo a varias familias para su montaje, utilizando ramas de ka'avove'i y animales hechos en arcilla, como el burro, la vaca y las ovejas, que son considerados "consagrados por tradición". Algunas familias incluso lo montan bajo un árbol, preparando el jardín durante todo el año para representar el nacimiento de Jesús en ese lugar cuando llega diciembre.

El pesebre, originalmente un recipiente para animales, es considerado el lugar donde nació el Mesías. San Francisco de Asís fue quien creó el primer pesebre navideño para conmemorar la llegada de Jesucristo. En Paraguay, se agrega la flor de coco y se rodea de plantas y frutas como ofrendas. Tradicionalmente, se monta después del 8 de diciembre, festividad de Caacupé.

La Navidad es una de las festividades más importantes del calendario cristiano, celebrada en todo el mundo con sus propias tradiciones y costumbres. En Paraguay, la tradición de armar el pesebre sigue viva gracias a familias como la de Doña Mercedes y Don Calixto, quienes mantienen viva la magia y la fe de esta hermosa tradición.