Joven crea riego automatizado que mejora vida de agricultores

distancia. Un sensor conectado a tramo del huerto envía datos de humedad y temperatura.

Patricio Muñoz, ingeniero informático de 24 años, con una inversión de solo G. 500.000 creó un sistema de riego automatizado que funciona –desde enero último– en una huerta comunitaria de la compañía María Auxiliadora, distrito de Belén, en Concepción.


Los agricultores asociados a la Organización Campesina del Norte (OCN) son los beneficiarios de este sistema de riego inteligente. Plantan lechuga, locote y tomate, preferentemente en 200 m².


El mecanismo lo desarrolló a partir de un microcontrolador de bajo costo, un arduino, el cual se conecta a través de unos cables a las bombas de irrigación de agua, según Patricio. Mediante un software libre, programó el sistema para llevar la medición –en tiempo real– de humedad y temperatura, vitales en la horticultura. De esta manera, a través de una aplicación móvil, los agricultores pueden llevar el control desde sus hogares.


“Este proyecto optimiza el horario de trabajo de los horticultores porque a veces no tienen tiempo para estar con sus familias. De tarde se van a realizar la irrigación convencional o incluso de forma manual. Y eso les toma horas, dependiendo de la extensión de su huerta”, comenta el joven, quien combina su vida profesional con el amor hacia el cultivo de la tierra.


Su trabajo fue uno de los cinco ganadores del Premio Nacional Joven Mbarete 2022 y se presentará en la cumbre mundial One Young World (Un Mundo Joven), a realizarse en Manchester, Inglaterra, en setiembre próximo.


“Programé el microcontrolador de acuerdo con los parámetros indicados, para cada producto hortícola. Conecté a una red local para que los dispositivos móviles se comuniquen con el microcontrolador y así puedan recabar los datos de humedad y temperatura. Y, a través de esos datos, ya se pueda iniciar la irrigación de forma automática”, explica y pone un ejemplo: “La lechuga necesita un porcentaje de humedad y la temperatura no debe ser muy alta para la irrigación. En el microcontrolador se programa una condición y si esa condición se cumple, se activa la motobomba de agua y comienza la irrigación”.


Para que sea automático –dice– un sensor rescata la humedad y envía al micro-controlador, lo propio con la temperatura. También instaló un router conectado a la computadora que tiene en su casa y que hace de servidor local. “En una página web y desde el celular, a través de una IP, se puede controlar la irrigación: En qué humedad está el suelo y en qué temperatura está el ambiente”, refuerza.


Quiero que la tecnología pueda implementarse para que nuevas generaciones modernicen la agricultura. Patricio Muñoz, joven ingeniero.


Fuente: UH